martes, 1 de marzo de 2011

La gran manzana: II

Segundo día en la ciudad que nunca duerme y nuestro primer plan es llegarnos hasta el aclamado Puente de Brooklyn. Para ello nos recorrimos gran parte de susodicho barrio; y como ya os he contado anteriormente, Brooklyn es un lugar singular, con divisiones de barrios bastante acentuadas y con lugares pintorescos que ya aparecían en el montaje de la primera entrada. Sin embargo, he de confesar que a pesar de encontrarme en el país de las libertades blah, blah, blah, nunca me hubiera esperado encontrarme algo así:


Sí, ¿cómo se os queda el cuerpo? ¡Y no es la única! Ni muchísimo menos, pero claro, a un alma extranjera proveniente de la arquitectónica e históricamente católica Europa pues estas cosas le “chocan” -aunque más que chocar lo que me provocó fue una risa que casi no consigo centrar la foto-. Como siempre nos dicen, hay que verlo todo en este mundo, así que, ale, una cosa más que tacho de mi lista aunque ni siquiera estuviera en ella.

Por suerte no nos llevó mucho llegar hasta el puente, donde el matiz ya empezó a cambiar. Al principio (en mi caso dirección Brooklyn-Manhattan), los laterales del puente se encuentran tapados por estas paredes sólidas de chapa típicas de las obras, y entre eso y la brisita del polo que corría por allí, poco tardamos en empezar a blasfemar. Hasta que se hizo la luz en los laterales y nos tragamos nuestras palabras.
El frío dejó de sentirse tan frío gracias a la subida de adrenalina, y la euforia de las fotos tomó el control de nuestros actos; porque es que estando allí, ni 50 fotos parecen suficientes para captar todo el esplendor del momento. Aún así yo solo os dejo aquí una, una de las mejores que me dio tiempo a sacar, porque después de unas 10 fotos uno de los nuestros salió corriendo hacia el otro extremo del puente como alma que lleva el diablo… se le estarían congelando hasta las neuronas, o no apreciaría el momento lo suficiente, vete tú a saber. Yo lo que sé que es un recorrido que merece la pena, sobre todo en dicha dirección, y a mí por ese panorama no me importa pasar frío unos minutitos más.


¡Vaya vistas! Bonitas donde las haya -y eso que estaba el día nublado-. Mucho mejores probablemente que las que se pueden observar desde el Empire State. Y digo «probablemente» porque a pesar de haber cambiado de estatus de «estudiante» a «profesora», el adjetivo que en mi situación acompaña a ambos es «pobre», con lo cual de subir al Empire State nanai de la China; por ahora nos conformaremos con las bonitas fotos que hay en San Google de la gente que sí se puede permitir desembolsar los 36 dólares (más impuestos, cómo no) que cuesta subir al piso 102 de ese edificio.

Una vez en el otro lado, y después de las pertinentes -y ridículas, por muy disimuladas que sean- sacudidas para entrar en calor, nos dirigimos hacia las dos pequeñas ciudades más famosas sin ni siquiera darnos cuenta de que estábamos al lado del edificio Flatiron. Una pena que se quedara para el último día porque tendréis que esperar al correspondiente capítulo.
Y allí que nos encontramos, como si de repente hubiéramos cruzado un agujero negro sin darnos cuenta y hubiésemos aterrizado de golpe en la mismísima Italia. Colores en las paredes al más puro estilo mediterráneo; jolgorio de voces a un volumen mucho más familiar que el anglosajón de ultratumba; restaurantes con nombres que empiezan con “Casa di…”,  “Mamma…”, “Ristorante il…”, etc.; estatuitas de cocineros gordos con cara amigable y bonachona y una pizarrita en la mano con el menú del día escrito en la entrada de cada restaurante; y el correspondiente camarero trajeado captador de clientes en plena calle con su acento italiano más que marcado.

Sin embargo, el encanto de Little Italy se acaba pronto. Solo un par de calles más allá de repente te vuelves a “teletransportar”, pero esta vez a un sitio no solo turístico con restaurantes, sino a una ciudad de verdad, donde viven sus ciudadanos reales, y donde se encuentran las mismas cosas -supongo, porque nunca he estado- que en se encontrarían en el lugar del que es réplica. China Town es más que una atracción turística. China Town es un lugar donde la gente vive, compra y se relaciona como si estuviera en su propio país. El inglés desaparece por completo y en las calles se respira un ajetreo digno de ver. Todo, absolutamente todo es chino y está en chino. Sin duda algo admirable por parte de esta comunidad, que no solo ha logrado apropiarse de una zona de lo que mucha gente denominaría como la capital mundial, sino que además lo han hecho conservando su lengua y su cultura, no como los "latinos" -que dejaré para otro momento-.
Un par de cosas que destacar: los «susurradores» que van por las calles ofreciéndote llevarte a un sótano donde puedes comprar imitaciones de todas esas marcas pijas que nombraría si conociera los nombres, y ¡los maravillosos perritos caliente en forma de flor que probé! Madre del amor hermoso, ¡qué ricos! Y yo que no había probado eso nunca…


Y cuando empieza a caer la noche hay que dejarse de tanto paisaje y dirigirse a la luz: a Times Square. Pero esta vez de ruta por las tiendas. Esos maravillosos almacenes a lo grande -como todo en Estados Unidos- en los que uno le da rienda suelta a su alma infantil y se deja llevar de un lado a otro con una sonrisa involuntaria y medio estúpida dibujada en la cara. Casi el paso inferior a DisneyWorld ja, ja.

La tienda Lego, con una pared llena de aperturas redondas de las que te puedes servir una infinidad de piezas de diferentes tamaños, formas y colores, como si de una tienda de chucherías se tratara, por no nombrar las maravillas que hay ahí dentro construidas con pizas de "jueguete".


La tienda de M&Ms. De mis favoritas a pesar de que no me gustan especialmente estos chocolatitos -ya muchos conocéis mi tendencia por lo salado-. Pero es que las mascotas son tan graciosas… y es todo tan colorido… El caso es que cuando fui a echarme una bolsita con algunos de los miles de colores de M&Ms que había dentro de tubos expendedores en las paredes, ya se me pasó un poco el entusiasmo al ver que una onza (unos 450 gramos) estaba a 12,95 dólares sin tasas. Lo que me alegré de no ser adicta a los M&Ms…


Y por último ToysRus y la tienda de juguetes Fao Schwarz, con su enorme piano táctil que no llegué a tocar por pereza de quitarme las botas -qué vergüenza ahora que lo pienso-, con esos monigotes raros que descubrí y que me encantaron -como todo lo raro-, y con esas sección de Barbie que es que no tiene palabras. Un pase de modelos mecánico de Barbie; un futbolín de Barbie hecho a mano, con solo 10 ejemplares en el mundo, por el módico precio de 29,999 dólares -sin tasas de nuevo, por supuesto je, je-; y con ese castillo rosa -el rosa más rosa que os podáis imaginar, como el de Bubu de Bola de Dragón- de dos plantas con su museo de Barbies de todas las épocas, estilos e incluso… ¡de la saga Crepúsculo!



Y ya hoy estaréis satisfechos de fotos, ¿no? Así que lo dejamos aquí -porque además es tardecillo y no voy a dormir ni 5 horas-. En el próximo capítulo: Wall Street, la Estatua de la Libertad, la vida nocturna en Manhattan y un detalle curioso que dejo en el aire. ;)

4 comentarios:

  1. Pensamientos random al leer la entrada:

    1) o_o jodida iglesia panchita

    2) ¡Hala, cómo mola el puente!

    3) Joder, puto Empire State, qué caro.

    4) Diooos, un delta 7 y Rex en lego, guapísimo.

    5) Madre mía... el futbolín de Barbie... creo que voy a vomitar un arcoíris. Ese futbolín sólo tendría sentido si los futbolistas fuesen Action Man y la pelota la cabeza de la Barbie. Por cierto, ¿qué fue de Action Man? ¿por qué ya no se venden? el mundo se está amariconando...

    6) Hmm pereza por quitarte las botas.. bueno, tal vez podrías haberlo tocado a manotazos como Hulk :D así mola más

    7) Los muñecos de los M6Ms molan, son emoticones con patas y brazos.

    8) A un colega mío le habrían encantado esas estatuas de los Power Rangers xD

    9) Se hace esperar la estatua de la Libertad jejeje

    ^^

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  2. Me encanta el puente!!! Y la foto está que se sale ;-).
    Muy fuerte 36 dólares (sin impuestos) de la entrada al Empire State; por qué no se dedican a extraer riñones y córneas directamente?? Jajaja.
    Muy bueno el comentario anterior... Cuando lo he leído casi todo coincidía con lo que yo había ido pensando mientras leía la entrada XD así que para qué ser redundante? Ahí lo dejo pues y me quedo a la espera del próximo capítulo.

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  3. Yo quiero el clooooooooooon !!!!! Y y y y y y la nave y y y y y y el Power Ranger y y y y y y y el ken de crepusculo con el lacasito ese gigante !

    Ya en serio las fotos estan mu chulas y es brutal la iglesia esa y lo de los chinos, invasión en NY!

    A mi después de ese mes en las Americas la verdad que no me sorprende el precio del Empire ...

    PUTOS YANKIES!

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  4. Me volví loca al ver la tienda M&M's, eso no hay ni que dudarlo...

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