jueves, 27 de enero de 2011

Toodlers and Tiaras

Sobre todo y ante todo, tenéis que perdonarme la tardanza. El comienzo del nuevo semestre y la asignación de un curso para mí enterito significa que me tengo que hacer cargo de todo, o lo que es lo mismo, que tengo que trabajar más horas de las que esperaba/contemplaba mi contrato. El caso es que ¡por fin llega la segunda actualización del año!

La verdad es que, en un principio, quería deleitaros con alguna de mis nuevas andanzas ahora que, como os acabo de mencionar, tengo un nuevo curso de segundo año. Después, tras mis sesiones de lectura informativa diarias de ambos Diario Sur y El País, y dado que estamos en un momento histórico en el que están ocurriendo muchas cosas dignas de ser comentadas, pensé que sería mucho más interesante comentar cualquiera de las noticias de portada de estos días –desde la victoria tunecina y el contagio egipcio hasta los planes de contratos de Merkel, el derroche del gobierno en “pinganillos” o la polémica Ley Sinde-. Sin embargo, al encender la tele esta noche, para tener ese murmullo de fondo a modo de compañía que aquí tanto se echa de menos, me he encontrado con algo que mi indignación casi había olvidado por completo: los concursos de belleza infantiles (siento que la información en Wikipedia solo esté en inglés). Y puesto que aquí al fin y al cabo estoy en completa inmersión no solo lingüística sino también social, creo que el tema se merece una entrada.

El programa se llama Toodlers and Tiaras –de ahí el título de la entrada, no es que me haya dado por hacerme la interesante utilizando palabras en otros idiomas habiéndolas en el mío propio- y viene a significar algo así como “niñas y diademas”. El programa, que carece de narración para evitar su la implicación en la controversia que suscita el tema, consiste en una recopilación de imágenes, momentos y declaraciones a cámara tanto en los propios concursos de belleza como en las casas y rutinas de ciertas concursantes y sus padres –y utilizo el femenino porque es lo más común, a pesar de que aparentemente también hay concursos para niños-.

Vestidos e indumentaria ostentosos; manicura de manos y pies; cuidado del pelo hasta con caviar, coloración del pelo normalmente para aclararlo y utilización de numerosos postizos; depilación de piernas y cejas; utilización de fundas dentales; maquillaje (incluidas pestañas postizas) que yo no llevaría ni en Nochevieja; e incluso coloración del cuerpo hasta tres tonos más oscuros para alcanzar un moreno «que resalte los colores llamativos de los atuendos»… Aquí tenéis algunas fotos como ejemplo.

La edad del concurso parece que puedenser cualquiera siempre y cuando estén por debajo del momento de desarrollo y entrada en la etapa adolescente. Desde mesecitos hasta 9 años es lo que ha salido hoy en el programa, todos divididos en categorías de una variación de 1 o 2 años. Seré clara y directa con la impresión que me he llevado desde el primer minuto de programa: personas ambiciosas cuyas frustraciones pretenden compensar con el “triunfo” de sus retoños, a quienes inculcan la cultura del físico y la apariencia, y privan de una infancia con sus correspondientes etapas; y si de paso se llevan el dinerito del concurso, pues para la saca.

Las imágenes hablan por si sola, no hace falta entender lo que dicen en inglés:



Al tratarse de concursos infantiles y no entrar bajo la categoría de actividad laboral, no hay ley que regule este tipo de eventos. El dineral que se mueve es sorprendente, pero más lo son las implicaciones que hay tras todo el espectáculo y que ni siquiera hacen falta mencionar. Un dato curioso de Wikipedia: los primeros concursos comenzaron a tener lugar en Canadá en 1921 cuando a un hotelero se le ocurrió la idea con la finalidad de promover el turismo en la ciudad... sí, habéis leído bien, "promover el turismo en la ciudad".

Eso sí, he de aceptar que me ha hecho sentirme muy bien; ahora tengo otra razón más por la que estarle agradecida a mis padres por la infancia y la educación que nos dieron tanto a mí como a mi hermana, porque solo de imaginarme a mi sobrina como una de esas niñas me entran escalofríos...

2 comentarios:

  1. Illa, me he quedado ojiplático con lo de las mujeres estas. Yo les quitaría la custodia por maltrato infantil. Es que es de coña. Ya había visto y oído cosas sobre esa mierda, pero joder.

    Consuela ver que el vídeo está hecho para dejar en evidencia a las madres (vaya brujas hijas de puta, hablando en plata) y quedan como el culo. Pobres niñas y bendita infancia la mía.

    ResponderEliminar